Hola! Mi nombre es Alejandra y en el 2018 salí embarazada de Mikela; ¡estaba feliz! Siempre había soñado con ser mamá. Todo mi embarazo me la pasaba leyendo sobre lo que se venía: el parto, el post parto, el sueño de los bebés y, por supuesto, la lactancia. Estaba convencida que daría de lactar por lo menos un año, que sería mágico y fácil. Sin embargo… no fue así.

No pude darle de lactar a Mikela sus primeros días de nacida porque estuvo en UCI; lo que causó que baje mi producción de leche y tuve que darle fórmula. La fórmula que nos dieron en la clínica no le caía bien, tenía reflujo y se llenaba de gases.

Salimos de la clínica e intenté volver a dar de lactar, pero ya se había acostumbrado al biberón, y me volví esclava de mi extractor de leche; cada 3 horas, todos los días, por 5 meses. Siempre angustiada porque mi producción era baja. Yo ya había vuelto a trabajar, seguía sacándome leche cada 3 horas, y más tiempo me la pasaba sacándome leche que disfrutando a mi bebé. Mi salud mental empezó a deteriorarse; sabía que tenía que dejar el extractor y por ende, darle fórmula nuevamente a Mikela.